Desde mi taller

Había una vez un cuarto que se supone sirviera para varios propósitos. Era oficina, pues allí estaban la computadora, impresora y archivos de los documentos de la familia. También tenía un sofá/futón, y eso lo convertía en cuarto de huéspedes por si en algún momento un familiar decidiera pasar la noche. De paso tenía una mesa y algunas tablillas con beads y otros materiales de diferentes hobbies, para cuando la dueña de la casa en su tiempo libre quisiera inventar, tuviera una esquina en la que podía hacer regueros sin igual…. sonó poético, ¿verdad?

Pues como si fuera un cuento de esos de hadas, ese cuarto se transformó y hoy en día es mi taller, mi lugar de trabajo. Muchas cosas pasan aquí y estoy muy contenta de poder hacer-descubrir-experimentar-aprender en este espacio. Esta transformación no fue de la noche a la mañana. Primero saqué la computadora y todo lo que tuviera con oficina. Estuve ocupando el comedor -creando caos en el área que se supone sea de compartir familiar-, pero luego habilité otro lugar para esas funciones. Eso fue hace tiempo y hablé de ello aquí.

Hace apenas unas semanas que realicé los cambios más radicales. Adquirí otras mesas, me deshice de algunas cosas, algunas las vendí, otras las regalé. Finalmente puedo decir que mi taller parece un sitio más decente y que después de tanto esfuerzo en ordenarlo, producirá un efecto positivo a la hora de ponerme a trabajar… aunque no me gusta llamarlo trabajo ;). Quiero aprovechar esta entrada para dar algunos tips de organización.

Nunca he entendido las fotos de los estudios donde todo está nítido, guardado en gabinetes. Necesito orden para crear, para producir necesito de cierta estructura. Pero también necesito las cosas accesibles, fáciles de alcanzar para trabajar con ellas.

Aquí los muebles son mesas -de las más económicas, nada sofisticado- y tablillas. Esta mesa que ves en la foto a continuación es lo primero que ves cuando entras al cuarto, y a este pedacito lo llamo la estación de mixed media. Esta mesa la hizo mi esposo -tengo suerte de tener un compañero que le gusta inventar con madera y le fascina cualquier proyecto que use martillo y/o taladro. El tope es parte de una puerta que fue descartada. Es madera sólida, y está perfecta cuando he tenido que martillar y necesito precisamente una superficie sólida. Allí está el Gelli Plate, pinceles y otras herramientas para dejar correr la imaginación. La parte de abajo es hecha de madera de paletas y sostiene pinturas y brochas. Las tablillas fueron re-localizadas, y así puedo tener a mi alcance algunas de las cosas que uso con más frecuencia.

Aquí es donde más paso el tiempo, donde corto y pego todo. Adoro tener una ventana tan cerca que me dé tan buena luz. Para una cegata como yo, eso es bien importante. Las mesas son de plástico, plegadizas y con altura ajustable. Las puse en su altura máxima, para poder acomodar cosas debajo. Es por eso la silla alta – me hubiera gustado que tuviera ruedas. Reconozco que es una ventaja que sea alta, así es más fácil levantarme y moverme a través de todo el cuarto. El gabinete que está debajo con gavetas guarda los scraps. Este pequeño cambio ha hecho una gran diferencia. Antes tenía cajas y bolsas de scraps (trato de utilizar el papel al máximo), y creaba desorden. Ahora tan pronto corto, guardo lo que sobra en la gaveta correspondiente… pues está organizado como muchas cosas en este cuarto, por color. De eso voy a hablar más adelante. La puerta que se ve a la derecha en la foto es un closet pequeño. Allí guardo telas, libros y cosas que no uso con frecuencia.

Esta es la mesa de al lado, que tiene muuuuchas tarjetas que se usan para Project Life y que yo uso en variedad de proyectos. También mi maquinilla Sofi, que tiene la letra ñ y me ayuda cuando no quiero usar mi letra a mano.

¿Que sería de un taller sin moodboard para inspirarme? Aquí una miradita de cerca. Hay de todo un poco, recortes de revistas, etiquetas de ropa, páginas de catálogo, prints, dibujos viejos, cosas que fueron parte de algún proyecto… detalles que he coleccionado porque llaman mi atención y me gustan. Casi todas están pegadas con washi tape.

Las tablillas, fácil acceso y aguantan peso. No será la solución más estética. Pero me encanta poder ver lo que tengo y echar mano fácilmente sin tener que abrir puertas ni cosa por el estilo. Muchas de las cajas están sin tapas, precisamente para facilitar la búsqueda de los materiales, y en ocasiones uso las mismas tapas como almacenamiento (como en el caso de los doilies).

Las últimas dos mesas, son cuatro en total. Aquí están los stamps, pistola de pega caliente lista para usar y un revistero que guarda art journals y revistas/catálogos que uso para hacer collages. En la mesa de la izquierda está la máquina de coser (aunque no se ve en la foto), una de las herramientas que más uso últimamente. Abajo guardo los cartones que reciclo para hacer los art journals, y tengo una caja abierta para cuando voy a pintar con spray y quiero proteger el área. Cómo mencionara, sé que no es la solución más estética, pero estoy en una etapa en la que ser práctica es mi prioridad.

Estos son gabinetes de tornillos. Los compré en un lugar que venden herramientas y para ganar espacio están enganchados en la pared. Son perfectos para guardar cosas pequeñitas. Aquí guardo los beads -que todavía tengo de mi época en la que hacia accesorios-. También hay embelliments pequeños que en una gaveta regular se perderían.

Esta que guarda las maderitas, también es una caja para tornillos. La verdad es que son un éxito para almacenar cosas que son pequeñas y así puedes llegar a ellas fácilmente. Usas mejor el tiempo creando, que buscando. Esa es la idea.

Soy fan del washi tape. Eso ya lo he expresado muchas veces. Luego de ver varias ideas en pinterest de cómo almacenarlo, ninguna cumplía con lo que necesitaba. Aquí presento la forma que me funciona. Los washi tapes están guardados por color en pequeñas bolsas plásticas. Les puse dentro un cardstock blanco con un pedazo de cada washi, así puedo ver el contenido sin tener que abrir la bolsa. Todas las bolsas están en una caja -sin tapa- para llegar a ellos de forma rápida.

Como mencionara anteriormente, muchas cosas están ordenadas por color. Es que cuando voy a crear, el color es un elemento de mucho peso para mi. Pero donde juega un papel sumamente importante es cuando voy a pintar. Es por eso que las pinturas las tengo divididas por colores cálidos, fríos y neutrales. Cuando voy a pintar evito crear el efecto mud (marrón o gris). Me encanta ver los colores brillantes y alegres a través de muchas capas de pintura.

La máquina de coser, que se ha vuelto una de mis favoritas a la hora de añadir textura y un toque crafty a los proyectos, en especial aquellos con papel. ¡Me encanta coser papel! No es un modelo costoso, pero para mis inventos ha funcionado de maravilla.

Aquí con lo que he estado experimentando últimamente. Free stiching o bordado a máquina. Estos son los primero que he hecho. La verdad es que cuando empiezo, no quiero parar. Es como estar dibujando con la máquina de coser.

Para mi es difícil trabajar y enfocarme en una sola cosa. Mientras estoy aprendiendo el free stiching, también estoy pintando cuero. Esto que ves a continuación es cuero, y lo estoy preparando para hacer unos accesorios (pulseras, collares…). Un adelanto de lo próximo que voy a llevar a Tereques.

Te presenté un lugar de mi hogar en el que disfruto mucho estar. No importa si tienes un cuarto, closet, mesa o si pides prestada la mesa del comedor para inventar. Lo que realmente importa es el proceso. He estado pintando en el piso de la sala, usando el comedor y otras áreas de la casa. No tener un sitio fijo no fue excusa para no crear, y ese es el mensaje que quiero llevar. Me encantaría tener un lavamanos o pileta en el taller donde pudiera enjuagar pinceles y demás. Pero eso no me va a detener para pintar. Camino unos pasos hasta llegar al baño más cercano y ya. Eso sí, busca tener a tu alcance aquello que te inspire y que más uses. Es el mejor consejo que puedo dar. ¡A crear se ha dicho!