En este breve receso Navideño (solo dos semanas sin escuela), aprovechamos y nos dimos la vuelta por Charlotte, una de las ciudades principales de Carolina del Norte. Llegar hasta allí nos tomó una travesía en carro de poco más de tres horas y media. Pero lo que disfrutamos hizo que el viaje valiera la pena. Lo volvería a repetir gustosamente.
Diferentes. Así pudiera resumir como fueron estas Navidades. Para algunos puertorriqueños las Navidades terminan luego de Los Reyes, para otros luego de las octavitas, para algunos cuantos y para mi es cuando terminan las Fiestas de la Calle San Sebastián. Estas últimas precisamente se celebran este weekend y que más quisiera yo que dar la vuelta por allí. Pero en lo que la nostalgia me ataca, voy a contar como lo pasé estando lejos de mi Isla.
Que las libritas que se ganan en esta época se vayan rápido, pero la alegría y el entusiasmo que nos acompañan perduren todo el año. ¡A enfrentar los nuevos desafíos con energía y creatividad!
Un abrazo,
Glory
La semana pasada hice una breve visita a Puerto Rico. La agenda era cargada. Debía completar unas gestiones de índole legal, visitar familiares y amigos, entregar mercancía para la venta, hacer compras navideñas en tiendas locales (hay tantas cosas lindas, tanto talento que lo quería todo) y comer acai. Bueno, esto último era opcional. Mi entrega a Tereques fueron art journals… arte para inspirar a otros a que hagan más arte.
No pude esperar al pavo. Es que crear con el tema de Navidad es algo que siempre inspira. No sé si es la combinación del rojo y verde que en esa época es más que oficial, junto con la libertad de usar brillo. Eso del muuuucho brillo lo tomamos en serio. Brillo en la ropa, el maquillaje, la decoración y en los inventos creativos.