Recuerdo de niña lo feliz que esperaba el verano para así poder jugar todo el día. Tuve la dicha de que en la casa en que me crié, el mar era mi vecino inmediato. Claro, en esa edad uno no piensa en huracanes ni otros eventos de la naturaleza que representan peligro en la cercanía del mar. El tiempo se disfruta sin mayores preocupaciones. Este layout que presento quiere dejar saber un poco de ese sentimiento, en este caso con mi hijo. Aunque reconozco que los aparatos electrónicos lo entretienen mucho, una vez en la playa no se da cuenta del tiempo que ha transcurrido mientras juega.
